Introducción



Un mal día



 

¡¡Escúchame!!


Puedes sentir soledad y estar en medio de un millón de personas, puedes gritar y que nadie te oiga, o preguntar y que nadie te conteste.

Puedes querer y no tener, …luchar y no conseguir, …pelear y no ganar, …dar y no recibir.   Pero... ¿Sabes qué?

Habrá otros momentos en que estés solo pero te sientas rodeado de mil personas que te quieren.

Sin decir nada, alguien sabrá que las cosas no van bien. Sin preguntar te dirán lo que necesites oír, conseguirás cosas sin luchar; Sobre todo aquellas que no quieras, pero ganarás batallas sin dejarte la piel en el camino. Recibirás sin tener que dar nada a cambio. …Como alguna vez te ha ocurrido.

Y después de todo esto, alguien te enseñará que el único truco que sirve es seguir y sonreír pase lo que pase.

Yo te sonrío. Espero que tu, ahora, estés sonriendo.

Te abrazo.

Aniversario. Conversaciones.

Nunca pensé que camino seguiría. Nunca pensé lo que duraría. De hecho, nunca pensé. Lo empecé y punto.

Hoy hace dos años que empezó este blog.

Fuegos-Artificio

A veces me preguntan cómo decido qué escribir, qué postear, cuál va a ser el siguiente tema….

Y la verdad es que no lo decido yo. Lo decide la vida: Lo que me pasa. Lo que veo que le pasa a alguien. Lo que se comenta. Lo que me comentan o me dicen. Lo que me cuentan, lo que me explican… Es entonces cuando empieza.

Continúa cuando, a partir de eso, lo meto todo en la olla. Dándole vueltas se eleva la temperatura. Entonces aumenta la presión. Es el momento de sacar a pasear a Fosca.

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Es cuando empiezo a escribir la entrada en mi cabeza. A veces, estoy tanto en la escritura que ella reclama mi atención: ¡Eh! ¡Tío! ¡Que es mi momento! ¡Que me has sacado a pasear para jugar conmigo! Como es evidente, no lo dice literalmente: Aún no oigo voces si me tomo la medicación. :)  Quien tenga perro sabe de lo que estoy hablando. Pero es que esta, además, tiene una mirada…

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Es entonces cuando (ella) me aterriza en la realidad y me voy con renovada energía a poner en azul sobre blanco lo que, (hace horas, días, semanas… vete tu a saber) va dando vueltas por mi cabeza.

Así es como lo he ido escribiendo a lo largo de estos dos años. Sin más pretensiones. De hecho, sin ninguna pretensión añadida a lo que te acabo de contar.

Durante este tiempo, la verdad, es que me ha alegrado mucho haber servido de inspiración en algunos casos. Haber reconfortado en otros. Incluso haber conmovido en unos pocos de ellos: Mover cosas ahí dentro es motivación.

Y me ha alegrado mucho cada vez que me lo has hecho saber. En una ocasión llegué a decir que los comentarios son la gasolina del blog. Hasta hoy creo que los he contestado todos.

Voy a continuar escribiendo este blog. Mi intención es continuar haciéndolo como lo he venido haciendo hasta hoy. Si da un salto cualitativo dependerá de mi habilidad y destreza en la escritura… …Y de tus comentarios. Porque estamos en la era 2.0 y eso quiere decir diálogo. Conversar. Descubrir otra forma de conversar.

Conversar

“Al operar en el lenguaje cambia nuestra fisiología. Por eso nos podemos herir o acariciar con las palabras. Por eso el conversar es constructor de realidades.” (Gracias Dina)

El futuro no es lo que está por venir. Es aquello que vamos a buscar.

Por eso te animo a conversar.

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Te abrazo.

Amor y Belleza

Hoy hay otra historia. Pero antes de contártela me gustaría hacer un par o tres de reflexiones. (Espero que, a pesar de ello, llegues a conocer la bonita historia del final)

Cada vez que oigo que alguien se define como amigo de sus amigos, reconozco que siempre he creído que eso no tiene ningún mérito: No creo que sea una acto de excelso amor, amar a quien te ama.

Sobre la Amistad: Porque del mismo modo que somos serviciales y generosos sin buscar el reconocimiento, pues no prestamos nuestros servicios por interés, sino que estamos naturalmente inclinados a la generosidad, así también pienso , la amistad debe buscarse, no animados por un espíritu mercantil, sino con la convicción de que todo su provecho está en el amor mismo.

Cicerón

 

El amor. Qué decir del amor que no se haya dicho ya.

El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman.

El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo.

El amor inmaduro dice: Te amo porque lo necesito.

El amor maduro dice: Te necesito porque te amo.

Erich Fromm

 

Que genial me ha parecido siempre Erich Fromm.

Y la belleza. De ella Borges dijo:

Al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso.

 

De ahí, como ves, ya se salta a la felicidad. Y de la felicidad, saltaríamos fácil y rápidamente al éxito. Pero estos… …ya serán otros temas para otros días.

Quiero hoy, para ti, juntar los conceptos de amor y de belleza. Tanto el uno como la otra son dos grandes fuentes de motivación. Aunque contrariamente a lo que aparenta, la naturaleza de su motor no está en “lo otro”. Sino en la capacidad de sentirlos y apreciarlos desde dentro de uno mismo.

Admirar algo bonito y bello, es como ser amigo de tus amigos: No tiene mérito. Lo mágico empieza cuando aprendes a descubrir belleza donde es difícil apreciarla. Donde otros no la ven.

En cuanto eres capaz de verla ya no dejas de verla nunca ahí. Y como dice Borges, en ese instante estás en el paraíso. Cuando desde dentro de ti mismo nace esa sensación de aprecio, eso que contemplas es… redondo, equilibrado, bonito, …perfecto. Como dice mi amiga 2.0, Brenda Rodríguez: En el momento en que la belleza se quiso perfeccionar se hizo espantosa. :)

Si ves la belleza así, ¡Que cercanos están la belleza y el amor!

Ya vaaaaaaa, ya vaaaaaaa. Ahora viene la historia. Es otro clásico. Y la voy a relatar tal y como la recuerdo.

John Slezak se levantó de su asiento arreglando su uniforme, y estudió la multitud de gente que se abría paso hacia la Gran Estación Central.

Estación central

Buscó la chica cuyo corazón conocía pero cuya cara nunca había visto: ... la chica de la rosa.

rosa blanca

El interés en ella había comenzado 13 meses antes en una Biblioteca de Florida. Tomando un libro del estante se encontró intrigado, no por las palabras del libro sino por las notas escritas en el margen. La escritura suave reflejaba un alma pensativa y una mente brillante. En la parte del frente del libro descubrió el nombre de la dueña anterior, la señorita Maynell.

Con tiempo y esfuerzo localizó su dirección. Ella vivía en Nueva York. Le escribió una carta para presentarse y para invitarla. Pero al día siguiente, John embarcó para servir en la II Guerra Mundial.

Durante un año y un mes, los dos se conocieron a través del correo, y un romance fue creciendo. John le pidió una fotografía, pero ella se negó. Ella sentía que si a él de verdad le importaba, no importaría como fuera ella.

Cuando por fin llego el día en que él regresaba de Europa, arreglaron su primer encuentro: a las 7:00 de la tarde en la Gran Estación Central de Nueva York.

“Tú me reconocerás”, ella dijo, “por la rosa que llevaré”.

Así que a las 7:00 John estaba en la estación buscándola.

Dejaré que John Slezak te diga lo que sucedió:

"Una joven mujer vino hacia mi. Tenía una figura alta y esbelta. Su cabello rubio y rizado se encontraba detrás de sus delicadas orejas; sus ojos eran azules como flores. Sus labios y su mentón tenían una gentil firmeza y en su traje verde pálido era como la primavera en vida. Me acerqué caminando hacia ella sin darme cuenta de que no llevaba la rosa. Mientras me movía, una pequeña y provocativa sonrisa curvó sus labios:

-"¿Vas por mi, marinero?" Murmuró ella.

Casi incontrolablemente di un paso hacia ella y entonces vi a Hollis Maynell. Estaba parada casi directamente detrás de la chica. Una mujer, ya pasada de sus 40, con cabello grisáceo bajo un sombrero gastado. Era más bien regordeta; sus pies, con gruesos tobillos descansaban en zapatos de suela baja.

La chica del traje verde se iba rápidamente. Sentí como si me partiera en dos: mi deseo tan agudo de seguirla, …y a la vez tan profundo mi anhelo por la mujer cuyo espíritu me había acompañado y apoyado.

Y ahí estaba ella. Su pálida y rolliza cara era gentil y sensible, sus ojos grises tenían un brillo cálido y amigable. No vacilé. Mis dedos apretaron la pequeña y usada copia de cuero del libro: Era para identificarme con ella.

Esto no sería amor, pero seria algo preciado, algo quizá mejor que el amor, una amistad por la que había y debía estar siempre agradecido.

Cuadré mis hombros, saludé y le ofrecí el libro a la mujer, aunque mientras hablaba me sentí ahogado por la amargura de mi decepción.

- "Soy el Teniente John Slezak, y usted debe ser la Srta. Maynell. Estoy muy contento de que me pudiera conocer; ¿la puedo llevar a cenar?

La cara de la mujer se ensanchó en una sonrisa tolerante.

- "No se de que se trata esto hijo" ella respondió, -"pero la señorita del traje verde que se acaba de ir me rogó que me pusiera esta rosa en mi abrigo. Y ella dijo que si usted me invitaba a cenar, yo le diría que le está esperando en el restaurante de enfrente. ¡Dijo que era una clase de prueba!"

No es difícil de entender la sabiduría de la Srta. Maynell: La verdadera naturaleza de un corazón se ve en su respuesta a lo no-atractivo.

Dime a quien amas, dime lo que amas y te diré quien eres.

Te abrazo.

El billete

Esta historia es un clásico. Y debe estar en este blog.

Pablo, con el rostro abatido de pensar, se reunió con su amiga Laura en un bar a tomar un café.

Deprimido, descargó en ella sus angustias... que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación!... Todo parecía estar mal en su vida.

Laura introdujo la mano en su bolso, sacó un billete de 50 euros y le dijo: -¿Quieres este billete?

Billete 50 euros

Pablo, un poco confundido al principio, le contestó: -Claro, Laura... son 50 euros, ¿quién no los querría?

Entonces Laura tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bola. Mostrando la estrujada pelotita a Pablo, volvió a preguntarle: -Y ahora, ¿lo quieres también?

-Laura, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 euros. Claro que lo cogeré si me lo das.

50 euros arrugados

Laura desdobló el arrugado billete, lo tiró al suelo y lo restregó con el pie, levantándolo luego sucio y marcado. -¿Lo sigues queriendo?

billetes arrugados

-Mira, Laura, sigo sin entender a donde vas, pero es un billete de 50 euros, y mientras no lo rompas, conserva su valor...

-Pablo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo has sido. Lo que debes preguntarte es cuánto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Pablo se quedó mirando a Laura sin atinar con palabra alguna, mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.

Laura puso el arrugado billete a su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: Toma, guárdalo, para que te acuerdes de esto cuando te sientas mal... pero me debes un billete nuevo de 50 euros para poderlo usar con el próximo amigo que lo necesite.

Le dio un beso en la mejilla y se alejó hacia la puerta.
Pablo volvió a mirar el billete, sonrió, lo guardó y con una renovada energía llamó al camarero para pagar la cuenta...

Te abrazo.