Introducción



Las imperfecciones

 

El otro día leí que no es que tengamos alma. Sino que somos almas que tienen cuerpos.

“- Somos seres defectuosos, y cuanto antes entendamos esto, sabremos a que nos enfrentamos. Mientras tanto, convirtamos la delicadeza, en nuestra mejor forma de comunicación. –Dijo Karina

- La imperfección no es un defecto. –Le contesté– . Estallan guerras cuando hacemos de las imperfecciones defectos. Si fuésemos capaces de ver las imperfecciones solo como márgenes de mejora seríamos más amables. Con nosotros mismos primero y con los otros después.  …y me gusta eso de hacer de la delicadeza nuestra forma de comunicación.”

 

El dueño de una tienda estaba colocando un anuncio en la puerta que decía:

"Cachorritos en venta".

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Esa clase de anuncios siempre atraen a los niños, y de pronto uno apareció en la tienda preguntando:
"¿Cuál es el precio de los perritos?"
El dueño contestó: "Entre 30 y 50". El niñito metió la mano en su bolsillo y sacó unas monedas:
"Sólo tengo 2.37... ¿puedo verlos?". El hombre sonrió y silbó.

De la trastienda salió su perra corriendo seguida por cinco perritos. Uno de los perritos estaba quedándose considerablemente atrás. El niño inmediatamente señaló al perrito rezagado que cojeaba. "¿Qué le pasa a ese perrito?", preguntó. El hombre le explicó que cuando el perrito nació, el veterinario le dijo que tenía una cadera defectuosa y que cojearía por el resto de su vida.  El niño se emocionó mucho y exclamó: "¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!".

Y el hombre replicó:
"No, tú no vas a comprar ese cachorro. Si tú realmente lo quieres, yo te lo regalo". Y el niño se disgustó  y mirando directo a los ojos del hombre le dijo:
"Yo no quiero que usted me lo regale. Él vale tanto como los otros perritos y yo le pagaré el precio completo. De hecho, le voy a dar mis 2.37 ahora y 50 céntimos cada semana hasta que lo haya pagado completo".
El hombre contestó: "Tú en verdad no querrás comprar ese perrito, hijo. El nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros perritos".
El niño se agachó y se levantó la pierna de su pantalón para mostrar su pierna izquierda, cruelmente retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal. Miró de nuevo al hombre y le dijo:
"Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda".
El hombre estaba ahora mordiéndose el labio, y sus ojos se llenaron de lágrimas... sonrió y dijo:
"Hijo, sólo espero y rezo para que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú".

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Hay quien aprende a vivir con sus imperfecciones. Hay quien reconoce defectos.

Hay, en cambio, quien sabe ver características. Y solo grandes oportunidades en áreas de mejora.

En la vida no importa quién eres, sino que alguien te aprecie por lo que eres, y te acepte y te ame incondicionalmente.

Pero no pidas a nadie que lo haga por ti. Debes hacerlo primero tú contigo mism@.

Un verdadero amigo es aquél que llega cuando el resto del mundo se ha ido. Un verdadero amigo es aquel que, a pesar de conocerte, te quiere.

El otro día leí que no es que tengamos alma. Sino que somos almas que tienen cuerpos.

…y no hay almas imperfectas.

Te abrazo. (Con toda el alma)